La noche del 28 de noviembre comenzó como empiezan las grandes historias: con un cielo frío, un árbol imponente listo para brillar y familias enteras llegando poco a poco hasta sumar cerca de 300 personas. Era nuestro tradicional Encendido del Árbol, pero desde los primeros minutos se sentía que esta vez sería diferente… más cálido, más especial.
Mientras la gente tomaba su lugar, los aromas empezaron a envolver el ambiente. Los tradicionales tamales, los tacos de carne asada, el cóctel de elote y las tazas humeantes de champurrado y pozole daban ese abrazo que solo la comida de temporada sabe dar. Y para completar el antojo perfecto, los infaltables churros de harina con azúcar y canela, una verdadera delicia de invierno que traía sonrisas con cada bocado.
A un costado, el bazar navideño lucía lleno de color: artesanías, joyería hecha a mano y pequeños amigurumis —esas tiernas figuras tejidas con estambre— que mostraban la dedicación y el talento de nuestros emprendedores locales.
Entre ese ambiente festivo, Jashua Loya abrió el evento con su voz, envolviendo al público en un espíritu navideño que parecía hacerse más fuerte con cada canción. Luego, Santa Claus hizo su entrada triunfal, tomándose fotos, saludando y regalando abrazos a niños que brillaban más que las luces del árbol.
Las Mágic Twins trajeron energía y alegría en cada movimiento, preparando el escenario para uno de los momentos más esperados por los pequeños: el show de Frozen. Ver a Elsa y Anna cantar entre gritos emocionados de niños corriendo a abrazarlas fue como presenciar un sueño hecho realidad.
Y como ya es tradición, el Amigo Mike regresó para divertir a todos con su estilo único que une a grandes y chicos por igual.
Los juegos mecánicos giraban llenos de risas, y un trenecito recorría el bazar como si guiara a las familias a través de un pequeño pueblo navideño.
Y entonces llegó el instante que todos esperaban. Las luces se apagaron, el murmullo se hizo silencio… y en un momento que se sintió como un milagro navideño, hicimos nevar en Bancali. Sí, nevar. Copos blancos flotaban mientras el árbol se iluminaba, creando una escena que pocos eventos en la ciudad pueden presumir y que quedará guardada en la memoria de todos.
Así vivimos una noche que no solo encendió un árbol, sino también el espíritu de comunidad, magia y tradición que nos une cada año. Porque en Bancali, la Navidad se vive… y se siente. ✨🎄
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